CARTA A UN PADRE

Carta para mi padre donde quiera que se encuentre:

Desde hace varios años, cuando llega esta fecha se me pasa de largo, tal vez por sentir ese vacío de no contar con mi viejo… Sin embargo el tiempo hace cayos, cierra heridas y nos hace repeler un poco mas esos dolorosos sentimientos que siempre están latentes, sólo que aprendemos tanto a convivir con ellos que creemos que no están o que no existen y a veces se necesita solo un estimulo para sentirnos desbordados de tantas emociones. Para quien no cuenta con su papa, para festejar ese día, la memoria se le desbordara de recuerdos, a mi me pasa que recuerdo a mi padre y se me llenan los ojos de lagrimas, es loco pero con el paso del tiempo y después de que ya se hubiera ido empecé a conocerlo, empecé a aprender de su silencio, de su mansedumbre, de sus ojos que parecían tristes y que cuando me miraban parecían decirme; no sabes cuanto te quiero. Mi papa era un tipo común, un buen hombre, con todo lo que eso significa y con todos los errores que la gente buena puede cometer con una ética que no admitía de ninguna manera que se hiciera trampas a la vida, lo bueno era bueno y lo malo era malo y mejor que estuviera lejos de nuestro pensamiento. No se si El logro ser tan bueno como quería que yo fuera pero al menos trataba de darme ejemplos chiquitos, inconscientes que me quedaron gravados a fuego… Era esa clase de hombres que no te negaba la mano cuando necesitabas ayuda, creció a los apurones escapando de otras miserias que solo Dios sabe como las vivió, era esa clase de hombres que le gustaba la polca y el chamamé y que nunca entendió la música con ruido a lata, le gustaba el fútbol y siempre tenia ganas de ver a su Independiente aunque fuera perdiendo, era hincha del rojo y me lego ese sentimiento, casi sin proponérselo, como otros tantos pensamientos e ideas que yo ahora que tengo hijos y que me voy poniendo viejo los voy recordando y entendiendo, era esa clase de hombre, a veces un poco y exageradamente machista y de decisiones dictatoriales, pero jamás un insulto o una mala palabra o ni siquiera pensar en golpear a una mujer, déjala date vuelta y anda mi hijo, me decía, no te olvides que vos, yo todos nacimos de una mujer. Me gustaba verlo leer, diarios o revistas o su querida Biblia, aunque a veces parecía que estaba peleado con Dios, el creía ciertas cosas antiguas que en la ley de el Barba no estaban escritas o ni siquiera imaginadas, ya en sus últimos años no era de los que iban a la iglesia pero en las noches lo escuchaba orar a su manera y con ese pequeño acto de fe él reforzaba mis creencias. Es raro nombrar la palabra papa, mas cuando uno ya no tiene la presencia querida de la persona amada, a mi Pa como lo llamaba o simple y cariñosamente el “viejo”, pero el ya no esta y en estos días eso me duele, aunque no lo demuestre eso esta en mi mente y es lo que yo siento, tal vez porque se fue sin que yo pudiera darle un ultimo abrazo en el que le hiciera saber que tarde o temprano iba a aprender todo lo que en silencio me ha enseñado, a veces me reprocho cosas como la de no haber sido amigo de mi viejo, se que teníamos un lazo muy fuerte pero el yo de ayer era muy diferente al de hoy, era joven y de decisiones y actos alocados y sin pensar, hoy se me ponen blancos los pelos y pienso un poco mas despacio y se que mi viejo en todo lo que me decía siempre tenia razón, pero el yo de antes no aceptaba y se revelaba a esas ideas de vida y por no confrontar yo simplemente hacia lo que quería y no lo que debía, él se fue y fue todo inesperado a pesar de que uno lo estaba esperando, no estaba preparado para verlo partir y entonces cada año me sumo cosas para reprocharme, cosa que quisiera que hoy las viera, como a su nieta por ejemplo, cosas que quisiera decirle o contarle, que me hace mucha falta, que finalmente pude aprender a vivir y a ser un poco responsable, quisiera decirle que estoy cansado pero que sigo adelante por su ejemplo por su valor y su coraje, que tengo metas y sueños que ahora ya no me pertenecen pero que inevitablemente y para siempre estarán ligados a mi sangre, tanto en el pasado y ahora en el futuro porque todo lo bueno y filosófico que me lego tengo el derecho y la imposición de darlos a mi herencia. El se fue un día, y sin explicarme muchas cosas y me dejo un vacío profundo y llenos de silencios, su lugar en la casita de los viejos quedo vacío, ya no esta viendo la tele cerquita en su sillón, y a veces me imagino como estaría de contento si me viera luchar, si me viera triunfar aunque no haya logrado nada, a veces imagino que esta acá para darme consejos porque el no sabe que ahora es que lo necesito y no puedo dejar de pensar que cosas que me pasaron no las hubiera vivido si el todavía estuviera Mi mundo cambio con su partida y sin embargo aun me abrazo a los mundos que el intento crear a medias para mi, cuando la nostalgia me aqueja y me persigue esa sensación de sentirme sin mi papa es cuando recuerdo todo, cuanto lo extraño y su presencia en mi vida sembró las fuertes raíces de quien hoy gracias a el soy.

Gracias Papa, Te Quiero.-

GUILLERMO ANDRÉS RUIZ

0 Response to "CARTA A UN PADRE"

powered by Blogger | WordPress by Newwpthemes | Converted by BloggerTheme